Medjugorje, 15 de julio de 2019

1. El 2 de julio de 2019 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en la cruz azul, rodeada por una gran cantidad de peregrinos. Después de la misma, transmitió el siguiente mensaje:

«Queridos hijos, por voluntad del Padre misericordioso, les he dado y aún les continuaré dando signos evidentes de mi presencia maternal. Hijos míos, es el deseo maternal por la curación de las almas. Es el deseo de que cada hijo mío tenga una fe auténtica, de que viva experiencias prodigiosas bebiendo de la fuente de las palabras de mi Hijo, palabras de vida. Hijos míos, con Su amor y sacrificio, mi Hijo ha traído al mundo la luz de la fe y les ha mostrado el camino de la fe. Porque, hijos míos, la fe enaltece el dolor y el sufrimiento. La fe auténtica hace la oración más sensible, hace obras de misericordia: una conversación, una ofrenda. Esos hijos míos que tienen fe, fe auténtica, son felices a pesar de todo, porque viven el comienzo de la felicidad celestial en la tierra. Por eso, hijos míos, apóstoles de mi amor, los invito a dar ejemplo de fe auténtica, a llevar luz donde hay oscuridad, a vivir a mi Hijo. Hijos míos, como Madre les digo: no pueden andar por el camino de la fe y seguir a mi Hijo sin sus pastores. Oren para que tengan la fuerza y el amor de guiarlos. Que sus oraciones estén siempre con ellos. Les doy las gracias.”

Al igual que en todos los sitios relacionados con Medjugorje, hemos renunciado a indicar el link del video de la aparición de la aparición del 2 de la Gospa a Mirjana a raíz del pedido que hicieran las autoridades. ¡La obediencia atrae siempre bendiciones!

2. La Iglesia está en agonía. He conocido a muchas mamás. Algunas sufren por la situación de sus hijos cuando toman un camino equivocado. Otras incluso están traspasadas de dolor. Veo sus rostros devastados por la inquietud. En privado me comparten sus penas llorando y me piden que ore por ellos. Un hijo preso, otro en la droga, otro alcohólico, una hija que se divorcia… ¿Qué hace una madre que sufre de esta manera? En su amor maternal llora y ora; intercede desde lo más profundo de su corazón herido. Su amor por su hijo no cesa, ella no proclama a grandes voces las equivocaciones de su criatura.

¿Qué hace la Madre de Dios ante ciertos hijos suyos predilectos, los sacerdotes, cuando no siguen el camino de su Hijo Jesús y se extravían en el pecado? Ante todo, debemos aclarar que los buenos sacerdotes son mayoría y hacen todo lo que está a su alcance para servir al Señor y a los fieles de la mejor manera posible. ¡Ellos no son noticia en los medios! En cuanto a los otros, a aquellos que aparecen publicados en la primera plana de las páginas amarillas con sus escándalos, María llora y ora. Les pide a sus fieles devotos y a los “apóstoles de su amor” que se conduelan con ella y la acompañen en su oración. No publica la lista de los pecados de sus hijos, ni hace de ellos la comidilla de los comentarios.

La Iglesia es la esposa de Cristo y ha recibido de Su misma boca las promesas de la vida eterna. Tenemos a la Iglesia y a los servidores de la Iglesia. El santo Cardenal Jornet decía: “Iglesia sin pecado, pero no sin pecadores. No sin pecadores, lo sabemos muy bien. Pero es también sin pecado en el sentido de que, a pesar de la indignidad de sus ministros, nos ofrece todos los auxilios, todas las gracias de santificación para nuestra salvación eterna:  la misa, los sacramentos, el culto a la Santísima Virgen María y a los santos, el Magisterio, etc. Es por ello que merece toda mi confianza”.

La Virgen ha dicho: “La Iglesia es mi Hijo”. También está escrito que los rescatados “siguen al Cordero por donde quiera que vaya” (Cf Ap. 14,4). Ahora bien, ¿por dónde pasó el Cordero antes de su resurrección de entre los muertos? Durante su agonía, estaba irreconocible, desfigurado. Su rosto tumefacto cubierto de sangre, de barro, de escupitajos… No tenía más apariencia humana (Is. 53, 14). Su rostro había sido desfigurado ante todo por los suyos, los judíos, pero también como Cabeza de la Iglesia, por ciertos sacerdotes. Es posible que la Iglesia tenga que configurarse con Él y para vivir su similitud con su Esposo divino. Por lo que, hablar mal de la Iglesia y de sus servidores sería alejarse del mismo Jesús, como si le dijéramos: “¡Qué desfigurado estás Jesús, qué feo aspecto tienes! ¡Aléjate de mí, no puedo verte así! ¡Me voy porque no soporto más! Meterse con la Iglesia es meterse con Cristo. Amar a la Iglesia es amar a Cristo.

La mística Marthe Robin ha profetizado que vendrá “un nuevo Pentecostés de amor”. Antes del primer Pentecostés los tiempos fueron difíciles; los apóstoles tenían que ocultarse. Y en su momento (1902-1981), Marthe dijo: ”nos encaminamos hacia la agonía”. Sí, la Iglesia sigue al Cordero…

María nos invita a hacernos uno con su alma de madre, especialmente en estas horas difíciles cuando tantas miserias acontecen en el mismo seno de la Iglesia. María no nos pide que las neguemos, sino que nos invita a sufrir con Ella, por amor a Jesús, en el profundo silencio de la verdadera compasión. Su corazón maternal, traspasado por una espada de dolor como se lo había profetizado el anciano Simeón, aguarda la resurrección. Estamos invitados a llorar en silencio con Ella, esperando como Ella el momento de la victoria que se aproxima a pasos agigantados. Si la Iglesia hoy en día está en agonía es un buen signo; ¡significa que su restauración está próxima!

No es el momento de tirar la toalla. ¡Es la hora de la perseverancia de los santos!

3. Para ganar el corazón de los sacerdotes. ¿Conocen al joven Marcel Van de Vietnam? (1928-1959) ¡Vivió una gracia excepcional que podría hacernos palidecer de envidia! En efecto, ¡desde los 14 años Santa Teresita se ocupó personalmente de formarlo en la vida espiritual! Nunca la vio físicamente porque ella se le manifestaba bajo la forma de una voz audible que lo condujo paso a paso hacia la santidad.

Teresita soñaba con ser misionera e ir a evangelizar a Vietnam, pero en realidad, su carisma; era el de experimentar ese fuego divino que la quemaba por las almas de una manera más oculta. Teresita definió su vocación de esta manera: “En el corazón de la Iglesia, mi Madre, seré el amor”.

Parece que ella encontró en el pequeño Van el alma apropiada, capaz de vivir con ella y bajo su tutela la aventura sublime de la intimidad con el Señor Jesús y todas las exigencias que implica la salvación de las almas.

Van tenía la frescura y el espíritu de un niño. Desde su adolescencia dialogaba con Jesús y sus diálogos -consignados en sus Coloquios- son realmente conmovedores. La ternura de la inocencia se entremezcla con magnificas revelaciones. Van nos revela la increíble proximidad de Jesús en nuestra vida cotidiana.

Jesús y Teresa han conducido a Van hasta el punto de entregar su vida por los sacerdotes y para que los no creyentes encontraran el camino de la fe. En un Vietnam del Sud sacudido por la amenaza de la invasión comunista, Van decidió viajar a Vietnam del Norte “para que allí haya alguien que ame al Buen Dios en medio de los comunistas”. Allí lo arrestaron en 1956 y el 10 de julio de 1959 murió de hambre en el fondo de una prisión al norte de Hanoi, a los 31 años. (Ver PS 3)

He aquí algunos extractos de sus escritos, de sus diálogos con Jesús. Escuchemos sus palabras acerca de su vocación personal y también lo que nos cuenta de Jesús acerca de los sacerdotes.

Jesús: “En el cielo te daré la misión de ayudar a tu hermana mayor, Teresita, a inspirar al mundo la confianza en mi amor”.

Teresita: “Hermanito, alégrate y gózate de haber sido agregado al número de los “Apóstoles del Amor de Dios” cuyo privilegio consiste en estar escondidos en el corazón de Dios para ser la fuerza vital de los Apóstoles misioneros. ¡Oh! Hermanito, ¿puede haber mayor felicidad que ésta?   Tú, hermanito, tendrás siempre la tarea de ser el Apóstol escondido del Amor” (Autobiografía 652)

Los sacerdotes

Marcel: Jesusito, dime ¿por qué amas tanto a los sacerdotes? Cada vez que hablas de ellos veo que lo haces con el mayor de los respetos.

Jesús: “Es porque los sacerdotes son realmente otros Yo mismo. Su dignidad es superior a la de mi Madre. La dignidad de nuestra Madre María no iguala a la de los sacerdotes. Sin embargo, María es más poderosa, porque es mi Mamá; por lo tanto, los sacerdotes al ser otros Yo mismo, también son hijos de María. En el Cielo, el alma de un sacerdote será objeto de la veneración de todos los santos y de todas las santas, también de mi Madre. Hermanito, ¿ya estás cansado, no es cierto? Ve a descansar. Seguirás escribiendo otro día” (Coloquios 478)

“Muchos sacerdotes utilizan mi nombre para llevar a la perdición a un gran número de almas. Ora por esos desdichados sacerdotes. Continúo amándolos y los espero. ¡Hijo mío! Ámame en lugar de ellos…” (Coloquios 10) 

“Una cosa sin embargo me consuela un poco y es que muchos sacerdotes todavía saben amarme… Verdaderamente, esos sacerdotes forman alrededor de mí como un escudo que me protege contra las lanzadas provenientes de los desdichados sacerdotes… Tengo una predilección por estos buenos sacerdotes, fijo en ellos mi mirada, me regocijo con ellos y no ceso de ser su sostén y guía. Los colmo de beneficios; están siempre a mi lado, sin alejarse nunca de mí. Hijo mío, ¡búscame esos sacerdotes! (Coloquios 11)

Jesús: “Hijo mío, pequeño apóstol de mi amor, si te hiciera ver el dolor que me causan a diario los sacerdotes por su conducta hacia mí, quizás me pedirías que castigara de inmediato a aquellos infelices sacerdotes. Apóstol de mi amor, intenta orar e imponerte pequeños sacrificios para consolar mi tan amante Corazón. ¡Oh!, mi pequeñito, si los mismos sacerdotes se rebelan contra mí, ¿dónde irá mi amor a buscar un poco de consuelo? Por lo tanto, ora como si tuvieras que padecer tú mismo mi infortunada suerte”. (Coloquios 25)

“Pequeño apóstol de mi amor, para escapar a las insidias que me lanzan los pecadores, me refugio en los sacerdotes y les imploro que me socorran. Después les ruego que consuelen mi amor menospreciado. ¡Qué desdicha! Hay entre ellos algunos que, sin miramiento alguno, me echan fuera de su casa demostrando de esta forma que no es apropiado que les manifieste mi amor y que mis palabras de amor son exageradas. Tal conducta hace que las almas que les han sido confiadas pierdan su confianza en mí. Pequeño apóstol de mi amor, nada me traspasa tanto el corazón como el ver que se pierde la confianza en mí. Ante semejante situación, debo refugiarme en las pequeñas almas y una vez instalado en ellas, las reconozco como mis esposas, las tomo a mi servicio y les confiero la dignidad de madre de las almas a quienes quiero salvar. Las engalano con marcas de amor, les doy a conocer mi desdichada suerte”. (Coloquios 27)

“Pequeño amigo de mi amor, ya que no formo sino uno sola cosa contigo, debes sufrir tal como sufro yo los tratos que me infligen. Para consolar a mi amor y expiar los pecados que los sacerdotes no cesan de cometer contra mí, acepta de todo corazón los sufrimientos que te envío, en lugar de las alegrías y dulzuras que debería ofrecerte” (Coloquios 29)

“Te pido todos estos sufrimientos con la única intención de asociarte a mí en la obra de la santificación de los sacerdotes para que, conforme a su vocación, trabajen ardientemente para instaurar el reinado del Amor en el corazón de los hombres”. (Autobiografía 867)

Jesús: Debes orar hoy por los sacerdotes; interceder por esos sacerdotes que se hallan perdidos lejos del Amor y que caminan descalzos en el fango del pecado… Oh, hermanito, permanece hoy cerca de la cruz, abrázate mis pies y no dejes de repetir: “Oh, Jesús, te amo por los sacerdotes que no te aman. Haz que tu Amor penetre sin obstáculo alguno hasta lo más íntimo del corazón de los sacerdotes”. (Coloquios 477)

Las bananas, 8 de abril de 1946 (para comprender el espíritu de la infancia en Van)

Marcel: Ayer durante la comida, le pregunté al niño Jesús lo siguiente: “Niñito Jesús, ¿en tu tiempo comías bananas? Él me respondió riendo: “Marcel, no he bajado a la Tierra para comer bananas”. Pero luego, accediendo a mi deseo agregó con un tono más condescendiente: “Nunca comí bananas; hay muchas cosas que tú comes que yo nunca comí. Sin embargo, cuando tú comes algo, es como si lo comiera yo mismo porque los dos somos uno”. Me puse muy contento al oír hablar así al Niño Jesús y me comí dos bananas. (Coloquios 397)

El 10 de julio, fiesta de Van, coincidió justo con el Retiro de los Sacerdotes en Medjugorje. ¡Que pueda acompañarlos en los caminos difíciles que les toca transitar y les inspire el deseo ardiente de santidad, para atraer a muchas almas hacia Dios!

4. Cuando el vidente Ivan está en Medjugorje, recibe a los sacerdotes que deseen orar con él en su capilla durante el momento de la aparición. El mes pasado, uno de nuestros amigos sacerdotes regresó de ese encuentro radiante de alegría. En efecto, padecía de una angustia persistente, y ¡fue sanado durante la aparición! 

Por supuesto, estas gracias no son automáticas ni mágicas, porque Dios da lo que quiere y cuando quiere. Sin embargo, ¡siempre es bueno pedir la intercesión de la Virgen María! Su Hijo Jesús no le niega nada ya que ella nunca tampoco le ha negado nada. Como Jesús, María sabe cuáles son nuestras necesidades más profundas y el momento más apropiado de concedérnoslas. Una oración sincera es siempre escuchada; ahora bien, los tiempos los maneja el mismo Dios. 

Querida Gospa, queremos vivir contigo. Queremos aprender de ti la verdadera fe, esa fe que, según tus mismas palabras, nos permite ser felices a pesar de todo y comenzar a vivir desde la Tierra la felicidad del Cielo.

Sor Emmanuel +

Cdad de las Bienaventuranzas

(traducido del francés)