Medjugorje, 13 de marzo de 2019

1. El 2 de marzo de 2019 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en la cruz azul, rodeada por un grupo bastante numeroso, considerando la estación invernal. Después de la misma, transmitió el siguiente mensaje:

“Queridos hijos, los llamo ‘apóstoles de mi amor’. Les muestro a mi Hijo que es la verdadera paz y el verdadero amor. Como Madre, por gracia de Dios, deseo conducirlos hacia Él. Hijos míos, por eso los invito a que se examinen a partir de mi Hijo, que lo miren con el corazón y que con el corazón vean dónde están y hacia dónde va su vida.

Hijos míos, los invito a que comprendan que viven gracias a mi Hijo, a su amor y a su sacrificio. Le piden a mi Hijo que sea misericordioso con ustedes y yo los llamo a la misericordia. Le piden a Él que sea bueno con ustedes y que los perdone, pero hijos míos, ¿desde hace cuánto tiempo yo les ruego que perdonen y amen a todas las personas con las que se encuentren?

Cuando comprendan con el corazón mis palabras, comprenderán y conocerán el verdadero amor y podrán ser los apóstoles de ese amor, mis apóstoles, mis queridos hijos. ¡Les doy las gracias!”.

Mirjana agregó que durante la aparición la Virgen estaba muy triste.
Pueden ver el video de la aparición en: 

https://www.youtube.com/watch?v=t9bRDjbW25U

2. ¡No se pierdan a San José! En plena novena, antes de su fiesta del 19 de marzo, ¡qué bueno sería que recibamos por anticipado las gracias que él sueña con regalarnos en abundancia!

Les comparto, entre tantos otros, un hecho que da testimonio de la bondad de nuestro querido San José:
En una parroquia de Eslovaquia, en un invierno muy crudo, un sacerdote no tenía leña para calentarse. Habiendo experimentado frecuentemente los favores de san José en momentos de penuria, le rogó que lo proveyera de leña. Sin embargo, ésta no llegaba. Sabiendo que a san José le agrada que lo traten con humor, al sacerdote se le ocurrió decirle: “San José, veo que no me das lo que te he pedido. Cosa tuya… ¡pero te recuerdo que la gran imagen tuya que está en la iglesia, ante la cual tantos fieles vienen a rezarte, es de madera maciza!” ¡Pareciera que san José captó prontamente el mensaje subliminal, porque la leña llegó casi enseguida! ¿Por qué hacerse quemar vivo cuando podía encontrar una mejor solución! (Letanías en el PS 1)

Oración de León XIII a San José: A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa, confiados solicitamos también tu patrocinio. Por el afecto que te unió a la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y por el amor paternal con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno tus ojos a la herencia que Jesucristo adquirió con su sangre, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, a la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción y asístenos propicio desde el Cielo. Fortísimo libertador nuestro en esta lucha contra el poder de las tinieblas, así como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la muerte, defiende ahora a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y protégenos a cada uno de nosotros con tu perpetuo patrocinio para que a ejemplo tuyo y sostenidos por tu auxilio podamos vivir santamente, morir piadosamente y alcanzar la felicidad eterna en el Cielo. Amén.

3. ¡Los niños nos hacen derretir de amor! Una mamá compartió conmigo su alegría acerca de su hijo Carlo de 9 años (que tiene un ligero problema de autismo), “He llegado a la convicción de que en casa estamos viviendo pedacitos de Cielo. Esta mañana me había levantado con un resfrío de aquellos y vi que Carlo se acercaba a mí, con la Biblia entre las manos. Me dijo que estaba buscando el “conjuro” para curarme. Le respondí: ‘En este libro no encontrarás conjuros, sino más bien respuestas y remedios a todos los males’.

Entonces me dijo: ‘¡Jesús me ha dicho que leyera hasta la primera carta a los Tesalonicenses!’ Luego, un poco desanimado, agregó: ‘Pero, ¿cómo voy a hacer para leer todos esos libros?’ Le dije: ‘¡Quizás no debas leer todo de corrido hoy! Puedes muy bien ir leyendo un pequeño pasaje cada vez’. Y me respondió, exultante de alegría: ‘¡Sí! ¡Jesús verdaderamente me ha dicho que leyera! Le pregunté cómo había oído la voz de Jesús y me replicó: ‘En mi corazón; cuando le pregunté si debía tomar la Biblia para que te curaras, me dijo: ¡Sí, estás en lo cierto!

El pequeño Carlo, toda vez que va a misa, lleva un cuaderno donde escribe lo que no llega a comprender de la homilía. Una vez finalizada la celebración, se dirige a la sacristía para interrogar a los sacerdotes que ya lo conocen y con mucho gusto responden a sus preguntas. Luego dicen guiñando el ojo: ‘¡Al menos alguien que escucha nuestras homilías!’”

4. Una aparición particular. El 18 de marzo, la Gospa se aparecerá a Mirjana con la precisa finalidad de orar por “aquellos que aún no conocen el amor de Dios”. “Cuando ustedes oran por los no-creyentes -nos dice María- oran por el futuro de ustedes y por el futuro de sus hijos. Porque el mal entra en el mundo por medio de los no-creyentes” Y Mirjana agrega: “Si ustedes vieran las lágrimas que corren por el rostro de la Virgen a causa de los no-creyentes, orarían diariamente por ellos. ¡Cada vez que oran por ellos, enjugan las lágrimas del rostro de la Virgen! Tenemos aquí un medio concreto para consolar a nuestra Madre del Cielo, a quien Mirjana vio tan triste el pasado 2 de marzo.

5. ¡“Rumiar” la Palabra de Dios! ¡No tenemos realmente conciencia del inmenso tesoro que tenemos en la Palabra de Dios! Una Palabra viva, que crea y recrea, una Palabra que sana y engendra la paz. ¡Un regalo que nos viene directamente del Cielo! Cuando me convertí a la edad de 25 años y Jesús me sacó de las espesas tinieblas en las que me encontraba, tuvo que derramar una buena dosis de Espíritu Santo para devolverme a la vida. En los días subsiguientes, experimenté algo absolutamente asombroso: abría el Evangelio y las letras del libro no eran simples palabras escritas en negro, como las vemos habitualmente, sino que una especie de llamas de fuego emanaban de esas letras y me fascinaban. No podía alejar mis ojos de esos textos porque aquellas llamas, curiosamente, eran también un alimento. Estaba ávida de ese alimento y lo devoraba con felicidad. Esta experiencia se prolongó por algunas semanas, después de las cuales retomé mi lugar entre “los cristianos normales”. Pero ahora sé que, aun cuando a veces aparentemente la Palabra no me dice nada, en realidad me está nutriendo secretamente y me hace vivir la vida de Dios.

Algunos días después de mi conversión participaba en una asamblea de oración carismática en París, allí mismo donde había recobrado la vida. Estaba sentada al lado de Martine, la co-fundadora del Emmanuel junto con Pierre Goursat, (en vías de ser beatificado). De repente me sentí angustiada y pensé: “¿Y si las tinieblas volvieran a envolverme y yo cayera nuevamente en el estado atroz donde me encontraba anteriormente?” Entonces con todo mi ser, clamé a Dios en mi corazón: “Oh Jesús, te lo suplico, ¡que tu Palabra nunca me abandone!” En aquel preciso momento, Martine, con los ojos cerrados, abrió su Biblia y comenzó a leer el siguiente pasaje: “Por mi parte, dice el Señor, ésta es mi alianza con ellos: mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que yo he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre, dice el Señor” (Is 59,21) ¡Pueden imaginar el gozo que inundó mi ser en aquel instante!

Hay muchas páginas de Internet que permiten leer y meditar el Evangelio del día, ¡visítenlas! (Ver PS 2)

6. En Medjugorje, la Gospa instruye a quienes aceptan tomarla de la mano y emprender con Ella el camino de la santidad. La Sma. Virgen pide especialmente que, durante el tiempo de Cuaresma (y de Adviento), cada familia y cada comunidad se reúna para leer juntos los magníficos textos que nos ofrece la liturgia y luego compartirlos. Así, al descubrir lo que un hermano o una hermana expresa, aquella palaba se ilumina de 1000 luces diferentes, como las chispas que se despiden de una roca al ser golpeada. El pueblo judío llama a esas chispas “misrashim”. Y, por supuesto, ¡la Roca es Dios mismo! Nunca terminaremos de descubrir nuevas riquezas en la Palabra de Dios. Este ejercicio podría hacerse en el curso de las comidas, lo que evitaría conversaciones huecas y elevaría el nivel de los intercambios, bajo la mirada complacida de la Gospa.

Querida Gospa, sintoniza nuestros corazones con el tuyo, para que pertenezcamos al grupo de aquellos que te consuelan y no al de quienes te hieren. En este tiempo de Cuaresma, ¡haz que nuestros corazones sean mansos y humildes como el de Jesús, puros y dóciles al Espíritu Santo como el tuyo!

Sor Emmanuel +

(traducido del francés)