Medjugorje, 14 de septiembre 2022

Medjugorje - 14 septiembre, 2022

Exaltación de la Santa Cruz

Queridos amigos, ¡alabados sean Jesús y María!

1. El 25 de agosto de 2022, la vidente Marija recibió el siguiente mensaje:

“Queridos hijos: Dios me permite estar con ustedes y guiarlos por el camino de la paz para que, a
través de la paz personal, construyan la paz en el mundo. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes
ante mi Hijo Jesús, para que Él les dé una fe fuerte y la esperanza en un futuro mejor que deseo
construir con ustedes. Sean valientes y no teman, porque Dios está con ustedes. Gracias por haber
respondido a mi llamado»

2. ¡Un poderosísimo aliado! Hacia el año 490 en el Monte Gargano en Italia, relativamente cerca de
San Giovanni Rotondo, el Arcángel San Miguel se apareció cerca de una gruta en reiteradas
oportunidades al obispo de Siponto. Cuando el obispo quiso bendecir y consagrar el santuario que se
construyó en el lugar de las apariciones, nuevamente el Arcángel se le apareció para decirle que el
lugar ya había quedado santificado con su presencia. ¡Potentísima explosión de gracia! ¿Quién no
quisiera colocarse bajo la poderosa bendición de un arcángel? Pero observemos otro acontecimiento
que estremeció a un papa…


3. La visión que hizo temblar al papa León XIII
El 13 de octubre de 1884, el papa León XIII celebró la santa Misa, asistiendo luego a otra ceremonia
de acción de gracias (ver PS 1). Repentinamente los presentes vieron que levantaba la cabeza y
miraba intensamente por encima del oficiante. Sin siquiera parpadear, con los ojos bien abiertos
como invadido por un sentimiento de terror y de perplejidad, su rostro mudó de color. Algo
extraordinario estaba aconteciendo…
Cuando finalmente volvió en sí, se enderezó apoyándose sobre su mano con un ligero pero enérgico
movimiento y se dirigió hacia su despacho privado. Sus allegados, ansiosos, lo siguieron y le
preguntaron en voz baja: “Santo Padre, ¿se siente bien? ¿le pasa algo?” Y él respondió: “No, nada”.
Media hora después, llamó al Secretario de la Congregación de Ritos, le entregó una hoja de papel
ordenándole que la imprimiera y la enviara a todos los obispos del mundo. ¿Cuál era su contenido?
La ardiente invocación al Príncipe de la Milicia celestial y la imploración a Dios para que arrojara a
Satanás al Infierno, que se rezaba con los fieles al final de la misa junto con la súplica a la Santísima
Virgen”. (Ver el libro de Dom Amorth, “Habla un exorcista”)

¿Pero qué vio León XIII en aquella visión? En el momento en que se disponía a dejar el altar oyó
voces: “Después de la misa oí dos voces -dijo- una suave y buena, la otra gutural y dura; parecían
provenir del entorno del sagrario. Era el diablo hablando con el Señor, en una especie de un diálogo…
Luego tuve una terrible visión del Infierno: vi la Tierra que se abría como si fuera una granada. Estaba
cubierta de tinieblas y del abismo surgía una legión de demonios que se expandía por el mundo para
destruir las obras de la Iglesia y atacar a la propia Iglesia, a la que vi reducida al máximo”.


Entonces apareció San Miguel quien empujó con fuerza a los espíritus malignos de vuelta al abismo.
Luego vi a San Miguel Arcángel que intervenía nuevamente pero no fue en aquel momento sino
mucho más adelante, cuando la gente ya había multiplicado sus fervientes oraciones hacia el
Arcángel”. Por eso está en nuestras manos responder a este llamado de suma importancia para
apresurar la total victoria de la Iglesia y así abreviar los sufrimientos que acompañan este combate.


He aquí la oración a San Miguel Arcángel que León XIII redactó al final de aquella visión y ordenó que
se recitara después de cada misa baja:


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las
asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la milicia celestial
arroja al Infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que vagan por el
mundo para la perdición de las almas. Amén”


Pese a que la obligación de rezarla fue suprimida en 1964, san Juan Pablo II la volvió a poner en vigor
y el papa Francisco, el 29 de septiembre de 2019, en la festividad de san Miguel Arcángel, pidió que
todos rezáramos durante el mes de octubre (dedicado al Rosario): un rosario, la oración a María
“Bajo tu amparo” y la oración a San Miguel Arcángel.


Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades. Antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!”

4. En el año 590, cuando la peste diseminaba el terror y la muerte, el papa Gregorio Magno invitó a la población de Roma a salir en procesión imprecatoria y penitencial. Este fue el origen de las grandes letanías de la Iglesia o rogaciones, mediante las cuales se implora a Dios que nos defienda de las adversidades. 

El papa en persona llevaba el icono de la Virgen Salus Populi Romani desde la iglesia Santa María Mayor hasta el mausoleo de Adriano (basílica de San Pedro). Según el Beato Jacques de Voragine “a medida que la imagen sagrada avanzaba, el aire se esclarecía volviéndose saludable y los miasmas de la peste se disolvían.  Cuando la procesión llegó al puente sobre el río Tiber que une la ciudad con el mausoleo de Adriano, repentinamente se escuchó un coro de ángeles que cantaba: “Regina Coeli laetare, alleluia…”

Así nació el Regina Coeli, que se canta en el tiempo Pascual. Después del canto de los ángeles, Gregorio vio al Arcángel San Miguel sobre el mausoleo, vestido con una armadura centellante. Blandía una espada ensangrentada que enfundó en la vaina como signo de la culminación del flagelo. Este gesto marcó el final de la peste en Roma.

En 1304, en conmemoración del milagro, el papa Benedicto X hizo colocar en su cúspide una gran estatua de bronce de San Miguel, jefe de las milicias celestiales, envainando su espada. Desde entonces el mausoleo llevó el nombre de Castel Sant’Angelo (Crónica de Gregorio de Tours).

Durante una homilía, el papa Gregorio Magno exhortó al pueblo romano: “Consideren con extrema atención aquel día (el día del flagelo), enmienden sus vidas, cambien sus hábitos, dominen las tentaciones del mal con todas sus fuerzas, castiguen con lágrimas los pecados cometidos”.

¿Y el coronavirus? En 2021, en ocasión del Domingo de Ramos, un evento histórico de gran alcance tuvo lugar en el santuario de San Miguel Arcángel del Monte Gargano. Para contrarrestar el coronavirus, el Rector del santuario, el padre Ladislao Sucky y los Padres Miguelitas rezaron juntos ante el Santísimo, una reliquia de la Santa Cruz y la espada de San Miguel, y bendijeron la ciudad, Italia y el mundo entero.

5. ¿Por qué recordar hoy estos acontecimientos? Porque estamos inmersos en una lucha por la vida y tenemos necesidad de San Miguel para alcanzar la fuente de la abundancia divina. El amor se enfría cada vez más en el nido de la vida humana, ¡es decir en la familia tal como ha sido concebida y querida por el Creador! Por cierto, aquí y allí nacen bellas iniciativas de fe, pero el combate espiritual se hace cada vez más encarnizado y necesitamos despertar de la torpeza del alma. Esto es vital y esencial. La oración en familia, que crea y consolida la unión de los corazones, ha cedido el lugar a mil otras cosas. El amor salva, el amor sana, el amor da la paz. Dios es amor y sin Dios, sin la oración que une las almas a Dios, la familia no tiene futuro.

¡Cuidado, estamos en una encrucijada! Este es el momento de elegir: girar a la derecha o a la izquierda. Volver a Dios o dejarse seducir por el mundo. El futuro de cada uno depende de esta elección.

¡María nos advierte con su maravilloso modo maternal! “Escucho su clamor y sus oraciones por la paz. Durante años Satanás ha estado luchando por fomentar la guerra. Por eso Dios me ha enviado entre ustedes para conducirlos por el camino de la santidad, porque la humanidad se encuentra en una encrucijada. Los invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos para que estén bien en la Tierra y para que salgan de esta crisis en la que han entrado…” (25 de marzo de 2022)

María, en este mensaje, retoma las palabras de san Juan Pablo II, en su Acto de Consagración del 8 de octubre del 2000: “Hoy como nunca en el pasado la humanidad se encuentra en una encrucijada. Y, nuevamente, la salvación depende sólo y por completo, oh Virgen Santa, de tu hijo Jesús”.

Hijos míos, ayúdenme con la oración para que Satanás no prevalezca. Su poder de muerte, odio y miedo ha invadido la Tierra. Por eso, hijos míos, regresen a Dios y a la oración, al ayuno y a la renuncia por todos aquellos que son pisoteados, son pobres y no tienen voz en este mundo sin Dios. Hijos míos, si no regresan a Dios y a sus Mandamientos, no tienen futuro. Por eso, Él me ha enviado a ustedes para guiarlos…” (25 de febrero de 2022)

6. Es muy recomendable que nos consagremos a San Miguel Arcángel, que consagremos nuestras familias, nuestras parroquias, nuestro trabajo, nuestro apostolado… De esta forma obtenemos de él una gran protección contra los espíritus malignos que desean hacernos perder e incluso destruir de cualquier forma nuestro cuerpo. San Pablo nos exhorta: Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio” (Ef 6, 11-12)

En caso de conflictos en la familia o en situaciones de guerra, San Miguel nos asiste en nuestros combates espirituales, nos da la fuerza y la valentía necesarias para rechazar aquello que es contrario a Dios y adherirnos al bien; en síntesis, para elegir el amor verdadero en cada circunstancia. Sería aconsejable que eligiéramos una oración de consagración y la recitáramos diariamente ante fuertes combates interiores o exteriores, en la familia, en el trabajo, en caso de guerra, etc.

He asistido a varios exorcismos y pude constatar personalmente el poder de liberación que se obtiene con la simple invocación a San Miguel Arcángel.

Consagración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel me consagro a ti. Confío mi persona, mi familia y todo lo que me pertenece a tu poderosa protección. Acrecienta el fervor de mi corazón y recuerda que a partir de hoy estoy bajo tu protección. Obtenme la gracia de amar con todo el corazón a Dios Padre, a Jesús, mi Salvador, al Espíritu Santo Santificador y a mi dulce Madre María. Amén.

El mes de septiembre está dedicado a los Ángeles y a los Arcángeles. Ofrezcámosles sus hermosas letanías para poner en fuga al enemigo y colmar de paz nuestros corazones.

Muy querida Gospa, bendita seas Tú, Reina de los Serafines, de los Querubines, de los Tronos, de las Dominaciones, de las Virtudes, de las Potencias, de los Principados, de los Arcángeles y de los Ángeles. Basta una sola palabra tuya, oh Reina de los nueve coros de Ángeles para que ellos te obedezcan. Con su ayuda continúa a interceder por nosotros que estamos sumergidos en el dolor, ¡pero llenos de esperanza!

 

Sor Emmanuel +

Cdad de las Bienaventuranzas

(traducido del francés)