Medjugorje, 15 de enero de 2018

1. El 2 de enero de 2018 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en la Cruz azul ante la presencia de quienes habían venido para encomendar el año nuevo al Corazón Inmaculado de María. Después de la misma, Mirjana transmitió este mensaje que nuestra Madre nos dirige a todos:

«Queridos hijos, cuando en la Tierra llega a faltar el amor, cuando no se encuentra el camino de la salvación, yo, su Madre, vengo a ayudarlos para que conozcan la verdadera fe, viva y profunda; para ayudarlos a que amen de verdad. Como Madre anhelo su amor recíproco, su bondad y su pureza. Mi deseo es que sean justos y se amen. Hijos míos, sean alegres en el espíritu, sean puros, sean niños. Mi Hijo decía que amaba estar entre los corazones puros, porque los corazones puros son siempre jóvenes y alegres. Mi Hijo les decía que perdonaran y se amaran. Sé que esto no siempre es fácil: el sufrimiento los hace crecer en el espíritu. Para poder crecer cada vez más espiritualmente, deben perdonar y amarse sincera y verdaderamente. Muchos hijos míos en la Tierra no conocen a mi Hijo y no lo aman. Pero ustedes que aman a mi Hijo, ustedes que lo llevan en el corazón, oren, oren, y orando sientan a mi Hijo junto a ustedes; que su alma respire su Espíritu. Yo estoy en medio de ustedes y les hablo de pequeñas y grandes cosas. No me cansaré nunca de hablarles de mi Hijo, Amor verdadero. Por eso, hijos míos, ábranme sus corazones, permítanme que los guíe maternalmente. Sean apóstoles del amor de mi Hijo y del mío. Como Madre les pido: no olviden a aquellos que mi Hijo ha llamado para guiarlos. Llévenlos en el corazón y oren por ellos. Les doy las gracias».

Pueden ver el video de la aparición en: https://www.youtube.com/watch?v=PpYUbVUNwvE

2. ¡Un hermoso regalo de Navidad! Durante una reunión navideña con mi Comunidad saqué de una canastita el nombre de un santo compañero de ruta para el año 2018, espero que todos hayan podido tener uno (Ver PS 1). ¡Para gran sorpresa mía, vi que esta vez no era uno, ¡sino “legiones” quienes me habían elegido! Efectivamente leo: “Los ángeles custodios”. ¡No únicamente mi ángel de la guarda (muy acostumbrado a protegerme), sino todos los ángeles custodios! Ignoro qué me deparará este nuevo año pero, si semejante multitud de amigos celestiales me han elegido, tendrán seguramente sus motivos.

¿Sabían que un solo ángel de la guarda, aún el más pequeño, es más poderoso que el conjunto de todos los demonios del Infierno? Y esto sencillamente porque un ángel de la guarda tiene a Dios con él, cosa que no ocurre, por cierto, con los demonios. La tarea que me ha sido encomendada me fascina: “Dar a conocer a los ángeles custodios”. ¡Comienzo de inmediato! 

Desde mi tierna infancia mis padres me enseñaron a hablar con mi ángel y a encomendarme a él para que me guiara y protegiera. Siendo todavía pequeña le di el nombre de Rafael, para facilitar mi sintonía con él. Este nombre no me fue dado en una revelación, sino que lo elegí pensando que mi ángel estaría feliz de llevar el nombre de un Arcángel. Les agradezco a mis padres el haber sabido hablarme de mi ángel porque de esta forma pude establecer con él una bella amistad, con toda sencillez. El “caminito” de Santa Teresita del Niño Jesús, sin manifestaciones extraordinarias, es el más seguro para mí…

Mientras vivía en Nazaret sucedió algo que me marcó mucho. Sylvie, una de las hermanas de mi Comunidad, provenía del protestantismo y a ella todavía no le resultaba fácil relacionarse con los santos y los ángeles. Cada vez que durante las comidas yo compartía mis anécdotas acerca de mi ángel de la guarda, de cómo me había protegido o cómo me había ayudado en alguna situación difícil, esta hermana pensaba para sí que todo eso debía ser pura fantasía. Pero como me refería a hechos concretos, secretamente decidió comprobar si efectivamente aquello era cierto y así saber a qué atenerse.

Una mañana, oró así: “Rafael, si verdaderamente debo rezarle a los ángeles y aceptarlos como amigos, dame una señal. Voy a decirte algo que lo deberás transmitir a Sor Emmanuel. Si veo que ella capta el mensaje, habrás ganado y le rezaré a los ángeles”. Llegada la hora del almuerzo, vuelvo a casa y de inmediato le digo a las hermanas: “¡Adivinen lo que el Señor me hizo comprender hoy!” Y cito textualmente el mensaje que Sylvie le había encomendado a mi ángel custodio. En el momento, ella no pronunció palabra porque primero debía reponerse del shock; pero ¡desde entonces se convirtió en una de las más fervientes “fans” de los ángeles custodios!

3. ¿Un ángel desocupado? Vivimos muy por debajo de nuestro potencial. Reitero: ¡muy por debajo! Sufrimos a causa de la soledad, de los malos entendidos, de la imposibilidad de comunicarnos con nuestros seres queridos, estamos indecisos sobre el rumbo que debemos tomar… ¡y no acudimos a los amigos celestiales que Dios ha dispuesto a nuestro lado! Sin embargo, cuánto más recurrimos a ellos, más nos ofrecen su ayuda. Tienen la misión de encaminarnos hacia Dios, de llevarnos a elegir la voluntad del Señor en lugar de buscar complacer a los hombres. Cada ángel de la guarda conoce el plan específico de Dios para su protegido. ¡Los ángeles nos prestan una ayuda infinitamente preciosa cuando convivimos con ellos en el mundo de lo invisible!

Muchos padres se quejan de que sus hijos ya no les hacen caso porque prefieren escuchar a los amigos de su edad y adaptarse a su forma de vida. ¿Pero esos padres olvidan acaso de que también su hijo tiene un ángel que desea conservarlo en buena salud tanto física como espiritual? Cuando el diálogo está roto o se torna demasiado difícil, los ángeles utilizan recursos divinos. Sugieren a la conciencia de sus protegidos lo que complace a Dios; sin embargo proceden de forma tan humilde y sutil que ese protegido cree que aquello es producto de sus propios pensamientos, cuando en realidad está actuando según le ha sido sugerido. Esto por supuesto no es automático, pero una oración a los ángeles, hecha con toda confianza, logra resultados sorprendentes. El Padre Pío era un gran amigo de los ángeles, al punto que sus ángeles respondían a su muy abundante correspondencia en lugar suyo. ¿Cómo podía escribir tantas cartas cuando pasaba prácticamente todo el tiempo en el confesionario?

Desde el principio de las apariciones, la Santísima Virgen le pidió a cada miembro del grupo de oración que se hiciera amigo de su ángel de la guarda y que le escribiera una carta que ella recogería al día siguiente. Ellos no sabían muy bien cómo hacerla pero la escribieron y las colocaron a los pies de la Madre de Dios tal como Ella les había indicado. Como resultado, desarrollaron una hermosa amistad con sus ángeles. Esto les fue de mucho provecho, especialmente bajo la opresión comunista cuando toda protección era muy bienvenida. ¡A recordar en caso de eventuales nuevas opresiones!

4. ¡Por un pelo! Marthe es una joven muy vinculada con Medjugorje que nos cuenta:

“Vivo en Normandía (Francia) y deseo de corazón compartir algo realmente increíble que me ha sucedido. Acababa de cumplir 22 años, de aprobar un concurso oposición para profesora de francés y sobre todo de vivir una fuerte conversión a la fe cristiana. ¡En síntesis, un año lleno de alegrías y muy prometedor! Una noche, después de haber pasado un buen fin de semana con unos amigos, me disponía a volver a casa. ¡Me esperaban tres horas de viaje por delante y ya era pasada la medianoche! Mis amigos me aconsejaron vivamente que pasara la noche allí, pero eso era imposible porque tenía que ir a trabajar al día siguiente.

Emprendo el viaje pero, al cabo de un cuarto de hora, mis párpados comienzan a cerrarse. Con el propósito de llegar más rápido acelero, voy a 150 km/h por la autopista. Y en un momento, me duermo al volante. 

Entonces es cuando ocurre algo verdaderamente extraordinario. Por un espacio de algunos segundos tengo la visión de un ángel muy grande y luminoso. En mi corazón sabía que era mi ángel de la guarda. Era grande como para decirme que me protegía y su luminosidad era tan viva que me despertó por completo. ¡Y, oh sorpresa…! Estaba a punto de estrellarme contra una valla de seguridad a 150 km/h… Alcancé a dar un volantazo justo a tiempo para evitar el impacto y redireccionar el vehículo en el sentido correcto sobre la autopista. ¡Me salvé por un pelo! Dios es bueno.
¡A causa de mi imprudencia hubiera podido terminar con mi vida a los 22 años, bañada en sangre al borde de la carretera! El Señor tuvo compasión de mí y permitió que mi ángel custodio me salvara la vida. Como dice el Salmo 90: “Ha dado órdenes a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos”. Doy gracias a Dios por haberme protegido y por haberme dado un ángel de la guarda para que velara por mí. ¡No olvides que tú también tienes el tuyo que vela sobre ti y los tuyos!” (Ver PS 2)

Les proponemos esta hermosa oración al ángel de la guarda: “Santo Ángel de la Guarda, a quien Dios en su gran bondad ha encomendado mi camino, tú que me asistes en mis necesidades… (Ver PS 3):

Querida Gospa, te suplicamos que nos guardes como a la niña de tus ojos. Si “el amor llega a faltar en la Tierra y no se encuentra el camino de la salvación”, ¡no nos abandones en las tinieblas! ¿Quién mejor que tú puedes atraernos hacia tu Hijo Jesús que es y será por siempre el Camino, la Verdad y la Vida?

Sor Emmanuel +

(traducido del francés)