Medjugorje, 16 de marzo de 2018

1. El 2 de marzo de 2018 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en su pensión, ante la presencia de un reducido número de personas. Después de la misma, transmitió este mensaje que nuestra Madre nos dirige a todos:

«Queridos hijos, grandes obras ha hecho en mí el Padre Celestial, como las hace en todos aquellos que tiernamente lo aman y lo sirven con fe. Hijos míos, el Padre Celestial los ama y por su amor yo estoy aquí con ustedes. Él les habla; ¿por qué no quieren ver los signos? Con Él todo es más fácil: el dolor vivido con Él se vuelve más llevadero porque existe la fe. La fe ayuda en el dolor y sin la fe el dolor lleva a la desesperación. El dolor vivido y ofrecido a Dios enaltece. ¿Acaso no ha sido mi Hijo quien por su doloroso sacrificio ha salvado al mundo? Como Madre suya estaba con Él en el dolor y en el sufrimiento, como lo estoy con todos ustedes. Hijos míos, estoy con ustedes en la vida, en el dolor, en el sufrimiento, en la alegría y en el amor. Por eso tengan esperanza. La esperanza hace comprender que hay vida. Hijos míos yo les hablo, mi voz habla a su alma, mi Corazón habla a su corazón. ¡Oh apóstoles de mi amor!, cuánto los ama mi Corazón maternal, cuántas cosas deseo enseñarles. Cuánto desea mi Corazón maternal que estén plenos, y pueden estarlo solamente cuando en ustedes el alma, el cuerpo y el amor están unidos. Les ruego, como hijos míos: oren por la Iglesia y sus servidores -sus pastores; que la Iglesia sea como mi Hijo la desea: pura como agua de manantial y llena de amor. ¡Les doy las gracias!”

Pueden ver el video de la aparición en: https://www.youtube.com/watch?v=AmibV344-s8

2. ¿San José en Sicilia? El 19 de marzo festejamos la solemnidad del gran San José. Muchos le han ofrecido una novena de oración, otros una treintena, encomendándole sus intenciones más urgentes. Una hermana de mi Comunidad me contó este hecho que ilustra tanto la bondad del santo como su humor y su gran eficacia.

“Me encontraba en una casa de la Comunidad de las Bienaventuranzas en Pettineo, en Sicilia. Era un viejo convento franciscano muy frío, extremadamente húmedo y una parte del mismo era inhabitable. En aquella época éramos unos treinta hermanos en la casa y vivíamos en una gran pobreza. No teníamos ni grandes ni pequeños ingresos de dinero. Frecuentemente, numerosos huéspedes venían a orar con nosotros y solían quedarse a la hora de las comidas. Recuerdo que un día no teníamos absolutamente nada para comer. Muchos de nosotros éramos jóvenes y no era fácil calmar nuestro apetito. Nuestros responsables nos hablaban siempre de San José como padre de la Providencia y nos contaban hermosos testimonios de personas que habían recibido su ayuda. Fue entonces cuando los más jóvenes, con mucho fervor nos dijimos: “Hagamos una lista de mercado con todo lo que necesitamos, agregando también otras cosas más superfluas que desearíamos comer” y así la hicimos. En aquella lista había de todo y para todos los gustos… incluyendo Nutella y tantas otras cosas que no eran realmente útiles. Con una gran confianza colocamos la lista detrás de la imagen de San José en el rincón de oración de la cocina y todos los días rezábamos una oración a San José. Cuál no fue nuestra sorpresa cuando alguien golpeó a la puerta y depositó allí gran cantidad de bolsas. ¡No podíamos dar crédito a lo que estábamos viendo! Dispusimos las bolsas en la gran mesa de la cocina. Al principio no nos animábamos a abrirlas… luego uno de nosotros exclamó: “¡Tomemos la lista de mercado que confiamos a San José!” Parecía una búsqueda del tesoro: una hermana leía los productos de la lista y los demás buscábamos en las bolsas para ver si los encontrábamos. Estábamos maravillados, era como si jugáramos al bingo. ¡No faltaba nada! Bueno, casi nada…

Recuerdo la cara de Piero, cuando la hermana terminó de leer la lista. Sólo faltaban los ajíes morrones. ¡No, no es posible! ¿San José, te olvidaste de los pimientos morrones? ¡Esto no es justo! Y mientras le expresaba sus reproches por la ausencia de los morrones, desde las escaleras provenía una voz muy conocida: era la señora Inés, ¡Dios la tenga en su gloria!

Inés era una señora de cierta edad, viuda, que vivía sola en Pettineo y que venía frecuentemente a visitarnos. Inés protestaba en voz alta; se veía que algo la contrariaba. Teníamos entonces a Piero en la cocina refunfuñando contra san José y a Inés en la escalera, muy nerviosa.

• “Qué sucede Inés? ¿Por qué está enojada?”
• “¡Y… nada! ¡Les traía unos morrones en aceite y el frasco se abrió dentro de mi bolso!”

¡Pobre Inés…! No lograba comprender cómo su bolso manchado de aceite se transformó para nosotros en un motivo de festejo. ¡No, San José no había olvidado absolutamente nada! Simplemente había tenido su propio plan: había querido que otra persona más fuera instrumento de la Providencia de Dios y que ella fuera Inés. ¡Quería que no fuéramos más incrédulos, sino hombres y mujeres de fe!

San José no fue librado de tribulaciones. El tormento de ver a María encinta, luego el rechazo de la gente en Belén, la pobreza extrema del establo donde nació Jesús, la huida a Egipto y una larga estadía allí como refugiado político, sin trabajo fijo y sin ingresos; Jesús perdido a los doce años y los tres días de búsqueda angustiosa… En síntesis, cómo este hombre moldeado por el sufrimiento y la humillación no comprendería nuestras dificultades de la actualidad. Como lo dice María el 2 de marzo: “Con Él (Jesús) todo es más fácil: el dolor vivido con Él se vuelve más llevadero porque existe la fe. La fe ayuda en el dolor y sin la fe el dolor lleva a la desesperación. El dolor vivido y ofrecido a Dios enaltece”.

3. Dos Cardenales para una misión. Mi asistente y yo acabamos de regresar de 4 días en Riga (Letonia); una bella misión en el seno de un pueblo extremadamente conmovedor. A la ida nos encontramos con el Cardenal Schönborn que tomaba el mismo vuelo que nosotras. Bendijo nuestra misión y luego me comentó dos palabras sobre su diálogo con el Papa Francisco acerca de Medjugorje. En realidad, el Papa no ha dicho nada en particular, pero la opinión personal del Cardenal es la siguiente: En ausencia de una definición oficial de parte de Roma, le parece que “los resultados de la Comisión Ruini, muy elogiada por el Papa el 13 de mayo pasado, podrían ser interpretados como la posición de la Iglesia”. Esto me parece muy positivo. ¡Oremos!

Justo antes de dejar Riga, nuestro pequeño equipo fue recibido por el Cardenal retirado Janis Pujats, quien ha sufrido mucho a causa de la KGB durante la persecución comunista, al igual que todos sus fieles, antes del desmembramiento de la Unión Soviética. Pero supo mantenerse firme y eludir los campos de trabajos forzados gracias a las inspiraciones del Espíritu Santo. Logró crear una imprenta clandestina donde se imprimieron miles de libros de oración. En la actualidad no vive como un príncipe sino como un pobre, lo que nos ha conmovido profundamente. Tiene que subir 3 pisos sin ascensor para llegar a su vivienda, y los ha bajado para acogernos. Ha bendecido los frutos de nuestra misión. 

¡Hemos visto la mano de Dios sobre nosotras; la bendición de un Cardenal antes de la misión y la de otro Cardenal para concluirla!

Gracias por sus oraciones que también nos han acompañado. ¡Continúen orando, por favor!

4. La película con Jim Caviezel, “Pablo, apóstol de Cristo” se estrenará el 28 de marzo. Jim Caviezel, protagonista de “La Pasión” anuncia el film de Mel Gibson. Su mensaje es totalmente medjugoriano (de 9.56 a 10.42) con las 5 piedritas de la Virgen. También habla de San Maximiliano Kolbe que decía “la indiferencia es el mayor pecado del siglo XX.” Y agrega que también es el mayor pecado del siglo XXI” ¡Qué maravilloso poder cuando las/los “stars” de este mundo se vuelven cristianos!

https://www.youtube.com/watch?v=e9z-dMQjR

5. ¡No olvidemos la Novena a Jesús Misericordioso! Comienza el Viernes Santo (del 30 de marzo al 7 de abril, vísperas de la Fiesta de Jesús Misericordioso) y la Indulgencia Plenaria de la Fiesta de la Divina Misericordia, el 8 de abril. Le dijo Jesús a Santa Faustina: «Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de mi Padre… Todos los días implorarás a mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión.»

Encontrarán la novena en: http://www.devocionario.com/jesucristo/misericordia_3.html.

«Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia Divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia Divina, o al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, Jesús misericordioso, confío en ti)». (Decreto Penitenciaria Apostólica, 29-6-2002)

Querida Gospa, te suplicamos, como regalo de Pascua, revélanos los secretos de tu alma. ¿Cómo hacías para conservar la paz del corazón en medio de las olas de tu vida y para hacer siempre la voluntad de Dios? Respóndenos a cada uno de nosotros en la intimidad de nuestros corazones porque quien tiene la verdadera paz del corazón, ¡ya experimenta el Cielo en esta Tierra!

Sor Emmanuel +

(traducido del francés)