Medjugorje, 19 de agosto de 2019

1. El 2 de agosto de 2019 Mirjana recibió la aparición mensual de la Virgen en la cruz azul, rodeada por una gran cantidad de peregrinos. Después de la misma, transmitió el siguiente mensaje:

«Queridos hijos: ¡grande es el amor de mi Hijo! Si conocieran la grandeza de su amor, no dejarían de adorarlo y de agradecerle. Él está siempre vivo con ustedes en la Eucaristía, porque la Eucaristía es su Corazón. La Eucaristía es el corazón de la fe. Él nunca los ha abandonado: aun cuando han procurado alejarse de Él; Él de ustedes no se ha alejado. Por eso, mi Corazón materno se siente feliz cuando ve que, llenos de amor, regresan a Él; cuando veo que acuden a Él por el camino de la reconciliación, del amor y de la esperanza. Mi Corazón de Madre sabe que cuando ustedes emprenden el camino de la fe, son brotes, capullos, pero, con la oración y el ayuno, serán frutos, mis flores, los apóstoles de mi amor. Serán portadores de luz e iluminarán, con amor y sabiduría, a todos alrededor de ustedes. Hijos míos, como Madre les pido: oren, reflexionen, contemplen. Todo lo hermoso, doloroso, alegre, santo que les ocurre, les hace crecer espiritualmente; hace que en ustedes crezca mi Hijo. Hijos míos, abandónense en Él, créanle a Él, confíen en Su amor; sea Él quien los guíe. Que la Eucaristía sea el lugar donde alimenten sus almas y luego difundan el amor y la verdad, y testimonien a mi Hijo. ¡Les doy las gracias!”

2. “Hijitos, ¡vendrán tribulaciones!” La Reina de los Profetas nunca ha sido tan explícita como ahora, y esto no es casual (Ver PS 1). Lo que decididamente no debemos hacer es ignorar su advertencia, porque no es una broma. Desde hace 38 años nos viene mostrando el camino de la paz e incluso el de la prosperidad (Cf. Mensaje del 25 de diciembre de 1999 para el tercer milenio). A pesar de sus advertencias sobre los riesgos que corremos si no hacemos caso a sus palabras, la respuesta de sus hijos ha sido muy tibia. María nos anuncia que los tiempos que están acercando muy rápidamente serán muy duros. ¡Ya todos de una manera u otra los estamos padeciendo! ¡Kyrie Eleison! Pero esto no es el fin del mundo. También, María nos habla de generaciones futuras, nos “prepara para los Tiempos Nuevos” y por supuesto para el triunfo de su Corazón Inmaculado. Advirtamos que cuando una mamá prepara a su hijo para algo, no lo prepara para un acontecimiento lejano que él no conocerá. Al contrario, ella lo prepara para lo que él verá con sus propios ojos. Con otras palabras, ¡tú y yo veremos sin duda estos “Tiempos Nuevos”!

Todo triunfo es precedido por un conflicto o por una batalla, porque no se triunfa sobre la paz. Estamos metidos de lleno en la refriega: ¡esto salta a la vista! ¡Cuántas heridas y sufrimientos! Cuanto más nos acercamos al triunfo, la batalla se vuelve más encarnizada porque el enemigo, viendo llegar la hora de su derrota, se comporta como un animal herido a muerte que, antes de desplomarse, multiplica sus agresiones.

Con Dios nunca es demasiado tarde. Si ya no se puede impedir el tiempo de la tribulación, ésta puede ser suavizada y abreviada. No deseo en absoluto detallar qué pruebas que nos esperan, sino que nos concentremos más bien en los medios que atraigan sobre nosotros las gracias de Dios y su extraordinaria misericordia. De esta manera podremos sobrevivir en medio de olas, demasiado elevadas para nosotros.

Toda auténtica profecía contiene su parte de esperanza, y hoy en día María vuelve a decirnos dónde buscar el verdadero refugio, en Aquel que no nos engaña: el Corazón de su Hijo Jesús, que permanecerá siempre presente por medio de la Eucaristía. “está siempre vivo con ustedes en la Eucaristía, porque la Eucaristía es su Corazón. La Eucaristía es el corazón de la fe. Él nunca los ha abandonado, aun cuando han procurado alejarse de Él”. También dice: “Aquellos hijos míos que tienen fe – la verdadera fe – son felices a pesar de todo porque han comenzado a vivir en la Tierra la felicidad del Cielo”. Tienen la verdadera fe aquellos que adhieren a Cristo con todo su ser.

Las seguridades que nos propone el mundo y su materialismo a ultranza no pueden garantizarnos nada. Si tomo un seguro de vida, ¡sólo será efectivo cuando ya esté muerto! Solamente Jesús es nuestra verdadera seguridad, nuestro refugio seguro, ¡nuestro verdadero seguro de Vida!

3. “El pecado reinará” dijo la Santísima Virgen, “pero si ustedes son míos, vencerán porque su refugio será el Corazón de mi Hijo Jesús”

Es por ello que el mundo necesita adoradores que permitan que el Señor reine nuevamente en el corazón del mundo. María ha pedido que haya una capilla de adoración perpetua en cada parroquia. Ver que su Hijo es adorado por sus hijos es su más anhelado sueño. Cuando adoramos a Jesús escondido en el tabernáculo o expuesto sobre el altar, aún cuando alguna distracción que venga a descentrarnos, ¡Jesús sigue estando allí, bien vivo, irradiando su amor de forma invisible y actuando en nuestras almas! Toda su vida se despliega ante nosotros, cual libro abierto que despide llamas. Y poco a poco somos transformados, inmersos y enriquecidos por Él. ¿Por qué tanto católicos actualmente dudan de la presencia real de Jesús en la Eucaristía? ¿No saben que el mismo Satanás es consciente de su Presencia? ¿Por qué los satanistas, que siempre intentan prolongar la pasión de Cristo con sus sacrilegios, profanan tabernáculos para robar hostias? ¿No podrían acaso proveerse de pan en las panaderías de su barrio?

Es hermoso ver que Jesús llega con sus rayos divinos de amor y de luz no sólo hasta quienes lo adoran ¡sino que esta poderosa radiación de amor alcanza también los lugares circundantes! Pasamos del estado natural al sobre natural y los frutos cambian. Conozco un sacerdote que tiene por misión suscitar capillas de adoración perpetua allí donde es invitado. Me contaba que en 2005 la ciudad de Trieste tenía la más alta tasa de suicidios de toda Italia. Estableció allí una capilla de adoración perpetua, ¡y en un sólo año los suicidios se habían reducido a la mitad! Sin contar otras calamidades como los crímenes, violaciones, robos, divorcios, abortos, prácticas ocultas, etc. Estas estadísticas figuran en los registros de la ciudad.

4. ¡Roma ha llegado! Gracias a la buena labor de Mons. Hoser, el enviado papal para la pastoral de Medjugorje, ¡numerosos prelados no temen ya venir a Medjugorje para celebrar la Eucaristía. Estas últimas semanas han venido de Roma el arzobispo Rino Fischella, Presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, el cardenal romano Angelo De Donatis, el Cardenal de Sarajevo, Mons. Vinko Pulic, el Nuncio Apostólico para Bosnia Herzegovina, Mont. Luiggi Pezzulo.

El 4 de agosto, en la fiesta del Cura de Ars, había 714 sacerdotes concelebrantes. También Francia estaba presente con Mons. Dominique Rey, obispo de Toulon, y el arzobispo de Avignon, Mons. Jean-Pierre Cattenoz.

Esto indica un nuevo giro para el Santuario mariano de Medjugorje muy positivo y prometedor. (Ver PS 3)

5. Cuando hay demasiados mosquitos en una habitación, conectamos un aparato que difunde un olor o un sonido que los hace huir. Por otra parte nuestra oración es como incienso que sube hacia Dios, como un perfume de buen olor que regocija al todo el Cielo. Por ello la oración molesta tanto a los demonios que huyen ante este incienso. No olvidemos estas conmovedoras palabras que nos dirigió la Virgen en mayo de 2017: “Las oraciones que me dirigen son las más bellas rosas de amor para mí. No puedo no estar presente allí donde huelo el perfume de rosas”. ¿Cada Avemaría no es acaso una rosa ofrecida a la Madre de Dios?

6. Van y Francia. Como he recibido muchas muestras de interés acerca del pequeño vietnamita Marcel Van mencionado en el Boletín de julio, les comparto un nuevo texto que se refiere a Francia que, espero, le hable al corazón de mis queridos compatriotas:

Jesús (12 nov 1945) Oh pequeño apóstol de mi amor, por doquier en Francia mi amor pide socorro. ¿Y cual es el socorro que pide? El único socorro de la oración que, al reavivar la llama del amor, tornará más maleable el corazón de los enemigos de mi amor. Para hacerlo bien, por todas partes donde haya franceses deberían, tal como lo deseo, hacer subir hacia mi amor el incienso de la oración. Oh Francia, te amo y ustedes, franceses, ¿saben cuáles son los sentimientos de mi corazón hacia ustedes? ¿Ven cómo mis lágrimas se confunden con aquellas de un extranjero ocupado en escribir las palabras que le dicto aquí para ustedes?

Oh Francia, te estrecho entre mis brazos y te beso. Y sin embargo, tú aprovechas este signo de ternura para golpearme en pleno rostro. ¡Qué desdicha! Ustedes, hijos del país que amo con predilección, ¿cómo tienen ese comportamiento con respecto a mi amor? ¿Llegarán hasta deliberadamente arrojarlo lejos de ustedes?

Oh sacerdotes del país que amo en forma especial, soy un fugitivo que pide asilo en entre ustedes. ¿Qué acogida le reservan a mi amor? ¿Seré echado o acogido con celo? Oh, hijos míos, no quiero permitir que mi amor se aleje de Francia. ¡Oh Francia! País que amo con predilección, escucha el llamado de mi amor. Franceses, hijos míos, si alejan mi amor bien lejos de ustedes, ¿con qué otro amor podrán volver a levantar su país? Si no hay ningún otro amor para volver a levantar a Francia, entonces Francia se verá envuelta en espesos mantos de humo que subirán desde el infierno y, en ese caso, se volverá un país contrario a mi amor y terminará siendo destruida. Pero, hijo mío, humilde hijo de mi amor, si corazones confiados, simples y puros elevan plegarias hacia mí, más tarde me verás sonreír alegremente al país que amo” (Coloquios 92) Ver PS 3

Querida Gospa, estas palabras de la Biblia se presentan a mi espíritu para todos tus hijos: “los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá – dice el Altísimo, que tiene compasión de ti”. (Isaías 54, 10)

Sor Emmanuel +

Cdad de las Bienaventuranzas

(traducido del francés)