Medjugorje, 9 de marzo de 2021

El 25 de febrero de 2021, la vidente Marija Pavlovic recibió el siguiente mensaje:

“Queridos hijos, también hoy Dios me ha permitido estar con ustedes para invitarlos a la oración y al ayuno. Vivan este tiempo de gracia y sean testigos de esperanza, porque les repito, hijitos: con la oración y el ayuno incluso las guerras pueden ser suprimidas. Hijitos, crean y vivan en la fe y con fe este tiempo de gracia; mi Inmaculado Corazón no abandona a ninguno de ustedes en el desasosiego si recurre a mí. Intercedo por ustedes ante el Altísimo y oro por la paz en sus corazones y por la esperanza en el futuro. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

2. Cuando reciban este boletín, estaré en Italia y, si Dios quiere, ya me habrán operado de la cadera. Antes de partir he preparado estas líneas, para que tuvieran algunas palabras de aliento durante este mes dedicado a nuestro querido san José. Mi historia preferida, por ser muy conmovedora, nos lleva al interior de la China profunda, país tan amado por Dios que tuve la gracia de visitar 10 veces en el curso de estos últimos años.

3. Una mujer en China. En 1976, dos misioneros jesuitas australianos, el padre Gotsch y el hermano Gervasius, compartieron su testimonio acerca de una experiencia única: “Un día, en la China meridional, Gervasius acompañaba al padre Gotsch en su visita a un enfermo terminal de Kaotai y tuvieron que recorrer a caballo 200 km entre montañas y colinas para llegar a su casa, aunque demasiado tarde porque éste ya había muerto.

Después del entierro emprendieron el regreso, y a medio camino se encontraron con un joven que parecía estar esperándolos y les pidió que fueran con él hasta la casa de su madre enferma. Siguieron al joven hasta un pueblito a unos 15 km de allí. 

En una casucha de lo más precaria, yacía una mujer que al ver al sacerdote le dijo:

• Extranjero, ¿me dirás la verdad si te hago algunas preguntas?
• ¡Por supuesto, madre!
• ¿Existe un Dios en el cual hay tres personas? ¿Hay otra vida, un lugar de felicidad para los buenos y un lugar de terror para los malos? ¿Es verdad que Dios vino a esta tierra para morir por los hombres y abrirles ese lugar de felicidad? Extranjero, ¿es cierto todo esto?

Muy sorprendido, el sacerdote le respondió que SÍ. ¿Pero de quién habría podido esta mujer aprender todo esto?  Ella prosiguió:

• Tienes contigo “El Agua”. ¡Entonces lávame, para que yo pueda ir a ese lugar de felicidad!

¿Cómo sabía que el sacerdote llevaba agua para los bautismos? Su actitud decidida tenía un tinte infantil y al mismo tiempo convincente. El sacerdote le explicó brevemente la liturgia y el sentido del sacramento del bautismo y luego la bautizó. La enferma, rebosante de alegría, agregó:

• Tienes también “El Pan”. Es un pan especial porque Dios está en él. ¡Dame de ese pan!

El sacerdote sacó de su bolso la hostia consagrada que llevaba consigo. ¡La enferma sabía que tenía “El Pan”! El sacerdote le explicó el sentido del sacramento de la Eucaristía y le dio la comunión. Le administró también los últimos sacramentos (la confesión de los pecados y la unción de los enfermos). Después le dijo:

• Hasta ahora me hiciste preguntas; ahora te las haré yo. ¿Quién te ha enseñado las verdades de la fe? ¿Has conocido a algún creyente católico o evangélico?
• No, extranjero.
• ¿Has leído libros cristianos?
• No sé leer, extranjero, y ni siquiera sabía que existían libros de este tipo.
• ¿Entonces de quién has recibido este conocimiento de la fe?
• Siempre pensé que debía ser así, y desde hace 10 años creo en eso. Instruí a mis hijos sobre estas verdades y puedes lavarlos (bautizarlos) a ellos también.
• ¿Pero tú sabías que hoy pasaríamos por aquí?
• ¡Por supuesto! Mientras soñaba vi a un hombre y me dijo que enviara a mi hijo menor a la ruta para que llamara a dos extranjeros que pasarían por allí. También me dijo que me iban a “lavar” para poder ir al lugar de la felicidad después de la muerte.

Los misioneros estaban profundamente conmovidos. La actitud de la mujer frente a la muerte era de una imperturbable serenidad. Antes de partir, los misioneros le ofrecieron una imagen de san José, patrono de los moribundos. Exultante de felicidad, exclamó:

• ¡Pero a éste lo conozco! Ha venido seguido a visitarme. ¡Es él quien me dijo que enviara a mi hijo a la ruta para llamarlos a ustedes!

¿Había sido un sueño o san José la había venido a visitar en persona? Ella no lo sabía. Por otra parte, esto carecía de importancia. Lo fundamental era lo que san José le había enseñado. 

Los misioneros se enteraron más tarde que la mujer había fallecido aquella misma noche.

(De la revista alemana “WeiteWelt” nº 1, enero 1976)

Desconocemos los destinatarios de los frutos de nuestras oraciones, ¡pero Dios sí los conoce! En Francia o en algún otro país, ¿alguien le rezó un día a san José por las intenciones del Padre Celestial y por la salvación de las almas? ¿Un pobre de alguna parroquia se arrodilló ante la estatua de san José para suplicarle que le ayudara y obtuvo además una bendición para alguien en China? ¿Una anciana transcribió las letanías de san José para poder rezarlas por la noche, en la soledad de su pequeña habitación, intercediendo por todos? ¿Un joven le suplicó un día a este gran santo que lo iluminara para conocer su vocación y pudiera tomar el camino correcto? ¿Un enfermo le suplicó a san José que tuviera una buena muerte y presentara su alma pura ante el Creador? San José está atento a todos esos ruegos, pero es tan generoso que no se limita a atender nuestros pedidos, muchas veces reducidos a nuestras necesidades personales, sino que hace participar de los frutos de nuestras súplicas a incontables “hijos” suyos.

Me imagino el encuentro gozoso en el Cielo de aquella sencilla mujer china con aquel o aquella que, sin saberlo, le obtuvo la gracia de dejar esta tierra revestida con la túnica blanca del Bautismo y la poderosa presencia eucarística en su corazón. Sí, el Cielo está entretejido de todas estas humildes oraciones y de sus frutos sublimes…

¡Entonces no dejemos de rezarle a san José y de pedirle mucho! Nos concederá infinitamente más de lo que nuestros deseos pueden concebir. ¿No ha sido acaso elegido entre todos los hombres para ser el Esposo de la Madre de Dios y el padre adoptivo del Hijo de Dios?

4. ¿Cómo vivir cabalmente el ayuno que le agrada a Dios? María nos invita a que vivamos todo con el corazón, es por eso que el ayuno que ella nos recomienda es a pan y agua, los miércoles y los viernes, y se acompaña con una hermosa actitud interior que le otorga un gran valor y un gran poder. Efectivamente, el verdadero ayuno no es un régimen que tenga por objetivo nuestra salud, sino un medio para crecer en nuestra comunión de amor con Dios y con los hermanos. Este texto podrá ayudarnos a realizar un buen ayuno durante esta Cuaresma. Al examinar algunos puntos precisos de nuestra vida, aceptaremos dejarnos “podar”. De esta manera, ¡podremos decidirnos por Dios en espíritu y en verdad!

Evita juzgar a los demás🡪 Descubre en ellos la presencia de Cristo.
Evita toda palabra hiriente 🡪 Pronuncia solamente frases sanadoras.
Abstente de estar descontento/a 🡪 Llena tu corazón de gratitud.
Abstente de la ira 🡪 Ármate de paciencia.
Abstente del pesimismo 🡪 Llena tu corazón de esperanza cristiana.
Evita inquietarte demasiado 🡪 Llénate de confianza en Dios.
Evita las quejas 🡪Llénate de agradecimiento por las maravillas de la vida.
Abstente del stress 🡪 Llena tu vida de oración.
Abstente del resentimiento 🡪 Llena tu corazón de perdón.
Evita ser altanero/a 🡪 Llénate de compasión por los demás.
Abstente del desánimo 🡪 Llénate del entusiasmo de la fe.
Abstente de todo lo que te separa de Jesús 🡪 Llénate de todo lo que te acerca a Él.

5. En este video, hablo sobre la importancia del ayuno y de la razón por la cual la Sma. Virgen en Medjugorje nos pide que lo hagamos los miércoles y los viernes. Ahora más que nunca necesitamos ayunar para combatir los desastres naturales y la maldad en el mundo.

https://youtu.be/b_HNVJQJSe8

6. “¡El 19 de marzo festejaremos la Solemnidad de San José!” Como estamos en el año dedicado a San José, él no dejará de asistirnos eficazmente según nuestras propias necesidades. Encontrarán sus letanías en https://youtu.be/eA5UKyR1qYc   También hay hermosas oraciones en Internet., como por ejemplo estas:
https://opusdei.org/es-ar/article/oraciones-san-jose/

Les propongo la siguiente:

“Oh glorioso San José, jefe de la Sagrada Familia de Nazaret, siempre tan solícito para proveerla en todas sus necesidades, extiende sobre nuestras familias, nuestros allegados y nuestras comunidades tus tiernos cuidados; ocúpate de dirigir todos los asuntos espirituales y temporales que nos conciernen y haz que su realización sea para la gloria de Dios y la salvación de nuestras almas. Amén”.

7. Sabiduría infantil. Thaïs le dice a su mamá: “Mamá, al igual que santa Teresita, ¡quiero pasar mi Cielo haciendo el bien en la tierra! Y Sara, su hermanita le replica: “Bueno, ¡podrías comenzar a probar desde ahora, antes de estar en el Cielo!

Querida Gospa, tú que conoces el designio de Dios para nuestras vidas, ayúdanos a realizarlo plenamente, con la mirada fija sobre tu Hijo Jesús, especialmente en estas horas dolorosas que viven tus hijos hoy en día. Contigo queremos acompañar a Jesús en su subida hacia Jerusalén… ¡No nos sueltes de la mano!!

Sor Emmanuel +

(Comunidad de las Bienaventuranzas)