Medjugorje, 14 junio 2022

1.El 25 de abril de 2022, la vidente Marija recibió el siguiente mensaje:

“Queridos hijos: Los miro y doy gracias a Dios por cada uno de ustedes, porque Él me ha permitido estar todavía con ustedes, para animarlos a la santidad. Hijitos, la paz está deteriorada y Satanás quiere la tribulación. Por lo tanto, que su oración sea aún más fuerte a fin de que todo espíritu impuro de división y de guerra sea silenciado. Sean constructores de paz y portadores de la alegría del Resucitado en ustedes y a su alrededor, para que el bien triunfe en cada hombre.  ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

2.A la sombra del Himalaya. En Katmandú (Nepal), las Hermanas de Madre Teresa auxilian a los más pobres de los pobres, según el carisma de las Misioneras de la Caridad. No imaginaban en absoluto lo que les ocurriría en 2017. Cierto día, al salir del convento, una de las hermanas vio a una joven que pasaba por allí y la invitó a entrar. Ignoraba todo acerca de aquella mujer, una cierta Amaya, española, pero escuchó en su corazón: “¡Es ella!”

Amaya era una atea empedernida, a favor del aborto y de la eutanasia. Odiaba a la Iglesia, al Papa y a los sacerdotes. Se había abanderado tras las teorías feministas y los derechos de la mujer. Durante diez años, trabajó en una de las clínicas más prestigiosas de Bilbao ayudando a practicar abortos a razón de uno cada 10 a 15 minutos. Más tarde se convirtió en una brillante fisioterapeuta. Siendo una muy buena profesional atendía en su consultorio a personalidades famosas. Además, también se había abocado a deportes extremos, como carreras de montaña. Le fascinaba escalar cimas, ¡de las más elevadas! Buscaba la perfección en todo, pero interiormente estaba vacía.

Después de 20 años de matrimonio, su marido le anunció que se marchaba y aquel mismo día ella tomó la decisión de suicidarse. Se recostó en un sofá y se quedó dormida. El timbre del teléfono la despertó. Era uno de sus amigos de Katmandú, un sherpa con el cual ya había realizado excursiones en el Himalaya. “Tuvimos un terremoto, le dijo, y necesitamos gente competente para socorrer a los siniestrados”. Ella decidió responder a este llamado, alistándose para partir. Sin embargo, pensaba: “tan pronto termine con esta misión, me suicidaré”. Por consiguiente, repartió sus pertenencias para desaparecer luego de su estadía en Nepal.

Pero el monzón asolaba la región y las copiosas lluvias los obligaron a permanecer en la ciudad. Mientras ella caminaba por las calles de Katmandú con su amigo sherpa, una hermana de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa se le acercó y, tomándola del brazo, le dijo: “¡Por fin estás aquí! Hacía tiempo que estábamos esperándote”. Amaya, abortista, detestaba a la Madre Teresa con toda su alma porque ella defendía la vida.

La hermana le dijo “ven a visitarnos mañana”. Amaya no aceptó la invitación, pero no pudo dormir en toda la noche y al día siguiente se presentó donde las Hermanas. Debo aclarar que estas Hermanas habían estado orando al Señor durante todo un año, por intercesión de Madre Teresa, para que el Señor les enviara al fisioterapeuta que tanto necesitaban. Una vez allí, la hermana le dijo: “vuelve mañana a las 6 y comenzaremos por la misa”. Amaya se negó rotundamente, pero nuevamente le fue imposible pegar un ojo y, movida por la curiosidad, a las 5:45 ya estaba frente al convento.

Una hermana la condujo hasta la muy sencilla capilla y le dijo: “¡siéntate aquí!”. Amaya pensaba: “voy a intentar pasar desapercibida y cuando acabe la misa le preguntaré a la hermana que me atrapó en la calle por qué lo hizo”. Durante la celebración, oyó de repente una voz de hombre extremadamente poderosa. Le pareció como si hablara por un altoparlante que pudiera escucharse en todo Katmandú; sin embargo, ella fue la única que escuchó la voz.

Ésta le decía reiteradamente: “¡Bienvenida a casa! ¡Cuánto has demorado en amarme!” Frente a ella había un crucifijo y vio que Jesús, resucitado, se desprendía de la cruz. En aquel momento vivió una iluminación de la conciencia y también lo que se llama el juicio particular (lo que cada uno de nosotros vivirá en el momento de la muerte, ver PS 1). Para Amaya fue una experiencia muy fuerte, tanto que creyó morir. Además, ella sabía que, si moría en aquel momento, iría directamente al Infierno por su propia voluntad. Comenzó a llorar y llorar y, bañada en lágrimas, sólo lograba repetir: “¡perdóname, perdóname!” Esta experiencia le pareció haber durado 10 minutos ¡cuando en realidad habían pasado tres horas! Las hermanas permanecieron a su alrededor durante todo ese tiempo. Ellas veían a Amaya rodeada de una bola de fuego con lenguas de fuego que bailaban por encima de ella.

La continuación del relato se adivina… Amaya tuvo una conversión radical y declaró: “Entré en lo de las Hermanas como Amaya y salí como María. De allí en más, se la conoce como María del Himalaya. Se formó en la fe católica y comenzó a caminar humildemente junto a Cristo. Recibió de Él una hermosa misión: la de evangelizar y dar su testimonio (PS 2)

3.¿Qué futuro nos espera? Si les comparto la historia de María del Himalaya, es porque frecuentemente me preguntan sobre el futuro del mundo, preguntas ciertas veces llenas de inquietud, de angustia. Este extraordinario testimonio es un ejemplo bien real de nuestro porvenir común. El Mal no tiene ningún futuro. Se derrumbará como todo lo que no proviene de Dios. “Toda planta que mi Padre no haya plantado será arrancada”, nos dice Jesús en el Evangelio (Mt 15, 13)

¡Nuestro único verdadero porvenir es Cristo! El amor infinito es nuestro futuro, tan cierto como la venida de la aurora. Es la unión de corazones entre Dios y nosotros que colmará nuestra felicidad; felicidad que ya nos es posible pregustar aquí en la tierra, si Cristo es verdaderamente el centro de nuestra vida y de nuestra respiración. Si hoy en día estamos con tantas dificultades, es porque no hemos orientado nuestro timón en la buena dirección y estamos yendo a la deriva. María del Himalaya se había dejado arrastrar y boyaba perdida, hasta que la experiencia de su juicio personal en Katmandú le abrió los ojos. Recibió el shock de su vida cuando vio con toda claridad su camino de perdición y lanzó su grito de auxilio hacia Dios. ¡Lo bien que hizo! Dios escucha siempre el grito del pobre ¡y tiene prisa en socorrerlo y salvarlo! Ha hecho de María un poderoso testigo, como una advertencia para nuestro mundo que busca la paz fuera de Dios, allí donde ésta se pierde.

¡No esperemos hasta el último momento para emprender el camino de la santidad!

¿Cuál es el refugio que se nos ofrece? “El pecado reinará, nos dice María, pero si ustedes son míos vencerán, porque su refugio será el Corazón de mi Hijo Jesús” (25 de julio de 2019). ¿Vencerán? He aquí lo que nos promete la Madre de Dios, ante lo cual los sepultureros de Cristo carecen de todo poder. En la tempestad que nos embiste de mil maneras, aunque nuestras seguridades humanas se esfumen, la barca de Jesús no se hundirá, a pesar de que le entre agua.

4.El 41º Aniversario de las apariciones este año cae el 25 de junio, día en que festejaremos el Corazón Inmaculado de María (Ver PS 3). Para agradecerle por sus venidas diarias y por todas las gracias que obtenemos por su intercesión, la parroquia de Medjugorje se prepara como cada año con una novena de intensa oración. Cada uno puede elegir qué tipo de novena desea ofrecer a María. ¡Un regalo se prepara con el corazón! Sugiero 4 posibilidades:

a. Oración. Interceder especialmente por los pecadores y por aquellos que todavía no conocen el amor de Dios, oración tan querida por la Virgen. Estas palabas de Jesús a Santa Faustina nos animan: “La pérdida de cada alma me sumerge en una tristeza mortal. Tú siempre me consuelas cuando rezas por los pecadores. Tu oración que más me agrada es la oración por la conversión de los pecadores. Has de saber, hija mía, que esta oración siempre es escuchada” (Diario § 1397)

b. Perdón. Un buen regalo para la Virgen es también una firme decisión de perdonar y de no dejar traza alguna de rencor en nuestras almas. Un día en que Santa Faustina veía a Jesús crucificado, éste le dijo: “Discípula mía, ten un gran amor por aquellos que te hacen sufrir, haz el bien a quienes te odian. Contesté: Oh Maestro mío, Tú ves que no les tengo sentimientos de amor y eso me entristece. Jesús me respondió: El sentimiento no siempre está en tu poder; si tienes amor lo reconocerás si, tras experimentar disgustos y contrariedades, no pierdes la calma, sino que rezas por aquellos que te han hecho sufrir y les deseas todo lo bueno. (Diario § 1628)

c. Ofrenda de sufrimientos. María nos dice que conoce nuestros sufrimientos porque Ella los ha experimentado. A pedido suyo en Medjugorje, cada viernes veneramos la cruz de su Hijo, y por ello se obtienen grandes gracias. Jesús le decía a Santa Faustina: “Hija mía, medita frecuentemente sobre los sufrimientos que padecí por ti, y ninguno de los que tú sufres por mí te parecerá grande. Me agrada más cuando contemplas mi dolorosa Pasión; une tus pequeños sufrimientos a mi dolorosa Pasión para que adquieran un valor infinito ante mi majestad. (Diario § 1512). María nos dice: “La fe ayuda en el sufrimiento y el sufrimiento sin fe conduce a la desesperación. ¡El sufrimiento ofrecido a Dios eleva! Estoy con ustedes en la vida, en el sufrimiento, en el dolor, en la alegría y en el amor; por eso conserven la esperanza”. (2 de marzo de 2018).

d. Un no rotundo al miedo. María nos dice: “Hijos míos, no pierdan tiempo pensando en el futuro y en inquietarse. Que su única preocupación sea la de vivir bien cada instante según mi Hijo y tendrán la paz” (2 oct 2017)

6. El Festival de Jóvenes tendrá lugar del 1º al 6 de agosto con el tema ¡Sean mis discípulos y encontrarán la paz! (Mt 11, 28-30). ¡Vengan en gran número! Encontrarán el programa en el sitio de la parroquia www.medjugorje.hr

– el retiro espiritual para sacerdotes tendrá lugar del 4 al 9 de julio

– el retiro espiritual para matrimonios será del 2 al 5 de noviembre.

 Querida Gospa, nos has dicho que tu mayor alegría era la de vernos orar juntos, en un solo corazón, a tu Hijo Jesús. Es el regalo que queremos ofrecerte en este 41º aniversario de tus apariciones. ¡Que tu Corazón, el Corazón de Jesús y nuestros corazones sean sólo uno!

Sor Emmanuel +

Cdad de las Bienaventuranzas

(traducido del francés)